Hasta el momento, mi ruta corta favorita junto con Irati. Conocido es por todos aquellos amantes de la naturaleza el nacedero del Urederra, últimamente demasiado masificado. Es una ruta no asfaltada en un 90% que transcurre por lo más profundo de los bosques de Urbasa (salvo algún pequeño trayecto por carretera, inconvenientes de la improvisación).
Un viaje de dos días, el 15 y 16 de Noviembre de 2014. Rodando por la Sierra de Aralar, la Sierra de Urbasa y Andía y el Nacedero del Urederra. Mayoritariamente pista y sendero, y puntualmente algo de asfalto. En esta ruta es recomendable el uso de GPS o uso de mapas y brújula (al menos en otoño cuando apenas se aprecia el sendero).
Etapa I
Me bajo del tren en Uharte-Arakil, y hace un frío que pela, pero teniendo el puerto de Aralar por delante, que haga el frío que quiera. Los primeros rayos de sol dejan una estampa bonita.
El puerto de Aralar fue final de etapa en la undécima jornada de la vuelta España 2014, con un nada despreciable desnivel acumulado de 886 metros, una longitud de 11 km y una pendiente promedio del 8,05 %.
En lo alto del puerto tenemos el santuario, donde disponemos de café-bar, por si queremos reponer fuerzas.
Pensaba subir el puerto entero, que sigue un poco más, pero el viento aquí sopla de una forma alucinante, y quita las ganas.
Ahora viene lo mejor de subir, que es, efectivamente, bajar. Bajar aprox la mitad del puerto, hasta un área de descanso, en el que digo adiós al asfalto y digo hola a pistas y senderos. Si, aquí empieza lo bueno, que para algo me compré una bici de montaña, ¡copón!.
Mmmm, ¡cuanto barro!
La cosa sigue así durante kilómetros, pista en buen estado, algún pequeño repecho, pero sin ningún desnivel importante. Algunos tramos son abiertos y otros tramos más arbolados. Antes de comenzar el descenso tenemos un par de kilómetros sin un solo árbol, donde el viento zurra, y zurra de frente.
Al rato me encuentro con el "centro megalítico de Aralar", o algo así, que no se que tiene de megalitico, yo no vi nada. A partir de aquí si que es todo bajada, y de la buena. Este punto está a unos 1220 metros.
Lekunberri a 16 km, tentador, pero no. A pocos metros a mano izquierda tenemos la Majada de Beaskin.
Buena parte del descenso discurre a través de sendas entretenidas y fáciles de bajar. Hay un punto, antes de llegar al lago de Lareo, en el que el trayecto se complica, aunque en la foto no se aprecia, es un pedregal impracticable. Afortunadamente solo dura cien metros.
A partir de Lareo empiezan a aparecer familias que han venido a echar la tarde, el sendero está bien habilitado y la verdad, las vistas y el trayecto es precioso. No me extraña que haya tanta gente.
Cojo asfalto y comienza a divisarse en el horizonte Beriain. Con sus 1493 metros de altitud, en la sierra de Andía, y aunque las hay más elevadas, es una de las cumbres más espectaculares de Navarra.
La ascensión que discurre por las faldas de Beriain, y que comienza en Unanu, es dura. Lo peor es el tramo inicial, los primeros dos kilómetros. Después la ascensión se suaviza y pronto entro en el Parque Natural Urbasa-Andía,
Aquí empieza el chaparrón que no podía faltar en el viaje. Si en mi intento de llegar a Burdeos me pilló desprevenido y tuve que volver a casa, esta vez ya estaba más que escarmentado. Chuvasquero, bolsas de plástico para el casco y para el calzado, funda para la mochila y pantalón impermeable. Hala, que llueva todo lo que quiera, así sí que da gusto.
Pronto llego al alto de Lizarraga, y a partir de aquí entro en un bosque sombrío de hayas y robles en lo que es ya el corazón de Urbasa.
En este tramo del viaje no hay pista, solo sendero y están completamente cubiertos por las hojas. Es muy fácil perderse, por eso que desde mi punto de vista es necesario el uso de GPS. A veces parece que hay senderos que por intuición parecen ser los correctos, pero no os fiéis, no lo son. También es verdad que algunos arboles están marcados, pero no es suficiente.
Sin duda, la parte del bosque en Urbasa fue la mejor del viaje, hasta vi un corzo y todo. Sendas y senderos a través de lo más profundo del bosque, precioso. Como no hay carreteras ni poblaciones en kilómetros a la redonda (en esta parte concreta de Urbasa) no encontrarás a nadie. Todo un privilegio. También es verdad que pensaba que se me hacía de noche sin agua en el bosque, y me apuré un poco, cuesta mucho mover la bici con la hojarasca y el barrillo.
Al final el sendero se acaba y salgo al raso de Urbasa. Una zona de pastos con ovejas, caballos de carne... Hay una buena panorámica de lo que es la zona.
Unos kilómetros más a través de zonas de pasto y pequeños tramos de bosque para llegar a la "parte este" del balcón de Pilatos.
De aquí se desciende por una senda. El primer tramo es muy técnico y peligroso, tan simple como bajarse de la bici quien no quiera arriesgar. Después se convierte en una senda normal y segura hasta la localidad de Baquedano.
Son las cinco y media y ya quiere anochecer. ¡Que alivio al ver Baquedano en el horizonte!
Etapa II
Tras desayunar y recoger todo al amanecer me propongo ir a la Reserva Natural Nacedero del Urederra. Mi intención es llegar antes que la gente, puesto que por desgracia este bello paraje está tremendamente masificado.
Debido a esta situación no se puede hacer nada, ni cagar vamos. Como se puede ver en el cartel tampoco se puede montar en bici, pero esto no es un problema. Gran parte del recorrido es impracticable, andando se disfruta más de las vistas y del entorno, y como no vamos a dejar la bicicleta abandonada, ponemos los pies en el suelo y al instante nos convertimos en peatones, así de fácil.
Continúo por un tramo de sendero que desciende y al fin llego al nacedero, uno de los lugares más bonitos de mi tierra, con esas inconfundibles aguas de color turquesa.
Como son las ocho y media de la mañana y hace un frío que pela no hay nadie, ¡justo lo que yo quería!. Es que sino da un asco... soy de los que opinan que masificación y disfrutar de la naturaleza son dos conceptos incompatibles.
Urederra significa en euskera “agua hermosa”. No podría ser un nombre más acertado para definirlo.
Al menos he disfrutado tranquilo, ni una sola persona he visto. A la vuelta, que son casi las diez, choco de frente con la avalancha prevista para los domingos (esta vez no exagero, avalancha auténtica). De menuda me he librado, vaya asco.
Paso de largo Baquedano y llego a Zudaire, en donde no atacaré el puerto con la carretera, sino por una pista alternativa de considerable pendiente hasta llegar a la mitad del puerto.
A mitad del puerto ya no nos libramos, toca carretera, pero la pendiente se suaviza mucho y no cuesta nada hacer cima, y por fin, el Balcón de Pilatos, desde el que se ve toda Amescoa Baja; Baquedano, Zudaire, Artaza…
Los valientes os podéis asomar al desfiladero, es una pared vertical de unos doscientos metros. A mí otras cosas me dan igual, pero con el viento que hace no me asomo de pie ni loco vamos.
Tras dar media vuelta, el Raso de Urbasa. Zona de pastos con multitud de ovejas de raza Latxa pastando hasta donde alcanza la vista. También hay caballos de carne, pero menos. A parte de latxas hay otra especie que no sé reconocer.
Este trayecto por el Raso de Urbasa transcurre a través de prados abiertos y algún pequeño tramo de bosque cerrado, pero poca cosa.
Al final se sale a la carretera, hasta pasar de largo el camping de Urbasa. Debemos llegar hasta el cruce de Otsaportillo y tomar mano derecha. A partir de aquí asfalto hasta la pista de Otsaportillo, donde el trayecto torna a tierra otra vez.
Los kilómetros pesan, malcomer también, y dormir poco por supuesto que contribuye al agotamiento, pero si hay algo que puede resucitar a un muerto es es… ¡comerse una bolsa de higos secos! ¡si señor!
Sé de una que me espera con la zapatilla en la mano, así que aprovechando el subidón toca “contrareloj contra el tren”. Media hora me separa de mi objetivo, y con la bajada del puerto de Lizarraga por delante lo veo todo posible. Debía bajar por una senda, pero no queda tiempo, bajaré por la carretera. Por cinco minutos llego a coger el tren en Uharte-Arakil. ¡Vaya calentón a las piernas para terminar la jornada!
Buen viaje, me quedo satisfecho con la primera jornada, disfrutando de una ruta de auténtico “btt”, dura y exigente. También con la segunda, la más corta, tranquila y turística, parándome cada dos por tres a fotografiar y disfrutar de las vistas. Quizás haya echado de menos más horas de luz, pero eso es algo que no está en mi mano. También un entretenimiento desde que anochece hasta que se hace hora de dormir. Habrá que pensar en algo.
Fuente: http://pedalesrotos.blogspot.com.es/
